Una vision balanceada

Nada menos que la vida en los pasos de Cristo es adecuado para el alma humana o las necesidades de nuestro mundo.
-Dallas Willard
Jesús nos dio una imagen completa de Dios y demostró cómo podemos experimentar vitalidad y plenitud en nuestra vida con Dios (Col 2: 9, Juan 10:10). La Iglesia histórica (cristianos), a pesar de sus divisiones y diferencias, ha mantenido las características centrales de la vida de Cristo a través de lo que ahora llamamos tradiciones.

En conjunto, estas tradiciones nos ayudan a visualizar una vida espiritual equilibrada. Sirven como una guía para ayudarnos a asumir la vida de Jesús, a ser como Jesús mismo, y como resultado a ser transformados desde adentro hacia afuera.

La corriente contemplativa

Una vida de oración: La atención constante de nuestro corazón en Dios

La tradición contemplativa nos atrae continuamente hacia el amor por Dios, recordándonos que la vida cristiana no es como un libro de reglas sino más bien como un acto de enamorarse. Hace hincapié en el valor del silencio, la soledad y la oración como formas de comprometernos con la presencia de Dios, ya sea que hagamos una caminata silenciosa temprano en la mañana, vayamos al trabajo en el autobús, lavemos los platos mientras los niños tomen una siesta o incluso tomemos una siesta. Como lo describió Teresa de Ávila, la contemplación es “un intercambio íntimo entre amigos”, en el tiempo o la forma que mejor funcione para usted y para Dios.
En pocas palabras, la vida contemplativa es la mirada fija del alma sobre el Dios que nos ama.
-Richard Foster, Rios de agua viva
( Referencias adicionales de este libro en el resto de esta página.)

La corriente de santidad

La vida virtuosa: Respondiendo con integridad

La tradición de la santidad enfatiza la re-formación de nuestro corazón para poder responder a los desafíos de la vida apropiadamente. La palabra “santidad”tiene algunas connotaciones negativas hoy en dia, pero el significado original en griego de virtud es simplemente “ funcionar bien.” La vida virtuosa no implica reglas o juicio, perfeccionismo o mérito obtenido por buenas obras.

Nos alienta a la meta no de llegar al cielo sino de que el cielo llegue a nosotros. Es prestar atención a la fuente de nuestras acciones, a la condición y motivos del corazón,

asumiendo nuevos patrones de vida que fluyen naturalmente desde adentro.

Vemos a Jesús constantemente haciendo lo que debe hacerse y cuando debe hacerse. Vemos en él unos “hábitos santos” tan profundamente arraigados que es siempre capaz de responder adecuadamente. Esto es pureza de corazón. Esta es la vida virtuosa.

La corriente carismática

Vida movida por el espíritu: Alimentando nuestras vidas con la presencia y el poder de Dios

La tradición carismática enfatiza el poder del Espíritu de Dios moviéndose en nosotros y a traves de nosotros.Así como un automóvil necesita combustible para funcionar, y nuestros cuerpos requieren alimento para sobrevivir, nuestras almas depended del Espíritu de Dios para obtener energía espiritual. A través del Espíritu, podemos hacer más de lo que podemos por nuestro propio esfuerzo, y estas habilidades no solo nos recuerdan la presencia de Dios, sino que nos equipan para edificar nuestras comunidades con amor.

Francamente, no hay “cristianos no carismáticos” … la vida cristiana es, por definición, una vida en el Espíritu y a través de él.

La corriente de justicia social
La vida compasiva
: Extendiendo la compasión en cada esfera de la vida.
La tradición de justicia social expresa los temas de justicia, compasión y paz. Hace hincapié en la sabiduría y la misericordia para llevar las relaciones a la armonía, la unidad y el equilibrio, incluso dentro de nuestra relación con la naturaleza. La vida compasiva tiene lugar en todos los ámbitos de la vida, desde lo personal a lo social a lo global. Al igual que con otras tradiciones, las acciones que tomamos no son el objetivo final. La verdadera compasión está motivada por un corazón genuino, está fortalecida por el amor de Dios y abraza la posibilidad de un cambio positivo.
El amor de Dios hace posible el amor al prójimo.

La corriente evangélica (la vida centrada en la Palabra)

Word-Centered Life: Living the life-giving message

La vida centrada en la Palabra: Vivir el mensaje dador de vida

La tradición evangélica abarca mucho más que simplemente la conversión de personas. El evangelio – las “buenas nuevas” – es el gran mensaje de Dios para la humanidad: que todos pueden ser redimidos y restaurados a su diseño original. Este es el mensaje encarnado en Jesús mismo, enraizado en la palabra de Dios, y finalmente expresado a través de las vidas de aquellos que siguen a Cristo. Es un mensaje viviente de la gracia hablada a través de la palabra y la acción.
Esta corriente de fe aborda la necesidad urgente de que las personas vean las buenas nuevas vividas y escuchen las buenas nuevas proclamadas.

La corriente de encarnación

La vida sacramental: Encuentro con el Dios invisible en el mundo visible

La tradición de la encarnación se enfoca en la relación entre el espíritu invisible y la realidad física, ayudándonos a ver la presencia divina de Dios en el mundo material en el que vivimos. Dios se manifiesta a sí mismo en su creación, incluso en medio de actividades mundanas cuando sea y donde sea que lo reconozcamos.
Lejos de ser malo, lo físico está destinado a ser habitado por lo espiritual.