Reflexion: Dia del Amor y la Amistad

Carlos y Mari Preciado

El pasado jueves en los Estados Unidos y en algunos otros países al rededor del mundo; se celebro el dia del amor y la amistad.  Mari y yo salíamos rumbo a Sanford, cerca de Orlando para tomar un avión que nos llevaría a Little Rock en Arkansas.  Nos invitaron a un fin de semana para compartirles a la congregacion acerca de las bendiciones que tenemos en Cristo, basado en la carta a los Efesios.

Esa mañana antes de salir de la casa, tuvimos que esperar a Saul. (El es amigo de nuestro hermano Roberto.)  Me encanta ver cuando nuestro Señor deja claro que dependemos de El, y la colaboración de cada uno de sus hijos.  Saul vino a arreglarnos el aire acondicionado, pero el momento se presto, para que habláramos de las cosas del Espiritu.  Cuando Saul salió de la casa, oramos a nuestro Padre para que nos diera el valor de seguir hablando de El, en todo momento y lugar mientras tengamos aliento.

Nos dirigimos entonces a Sanford a tomar el vuelo, pero antes queríamos parar a comer algo.  Como buen esposo, le pregunte a Mari ¿Que se te antoja comer?, ella en seguida me contesto “lo que tu quieras”.  ¿que tal una hamburguesa? Le pregunté, a lo que me respondió con otra pregunta enfática ¿hamburguesa?  Mucha grasa, dijo, ¿que tal algo mas ligero?  Esta bien le dije ¿que tal una ensalada de Wendy’s? A lo que me respondió “No Carli hay que comer bien porque no sabemos hasta que hora comeremos otra vez”.

Seguí manejando y me salí en la primer salida que encontré, y alli encontramos varias opciones para escoger.  Entonces muy segura Mari dijo, como si fuera dirigido; “Panda Express, vamos ahi”.  Después de comer y quedar satisfechos Mari se levanto de la mesa, donde estábamos y repentinamente salió del restaurante.  Me levante, para ir tras ella y cuando salí la vi, sobándole la espalda a una mujer de como 60 años, que estaba sentada en su auto, en el asiento del conductor.

La señora estaba llorando y Mari trataba de consolarla.  Cuando dejo de llorar, nos contó que ella estaba triste pues su esposo, su enamorado de 35 años; había muerto hacia 9 meses.  Ellos siempre hacían algo en el dia del amor y la amistad, y cuando ella se vio sola se le aguaron los ojos y fue ahi cuando Mari la miro.  Nuestro Dios; nuestro enamorado eterno, sabe exactamente como nos sentimos en cada momento.  Y estoy convencido, que usa a sus hijos para consolar y dejar claro cuanto nos ama.  Nosotros estamos aquí por ti, pensé despues de orar con ella.  No era la comida física precisamente lo que ella necesitaba, sino la palabra que alimenta y consuela el alma.

Nuevamente, ese viento nos llevaba al lugar preciso, para llevar frescura a alguien que lo necesitaba. 

 

Finalmente llegamos al aeropuerto y despues de acomodarnos en la sala; un señor, que estaba sentado enfrente de nosotros, comenzó a hablar.  “El vuelo esta retrasado” nos dijo, “Ya hable con mi esposa para avisarle pues ella me espera con ansías”. 

Después de platicar un rato con Tom; como nos dijo que se llamaba, nos dijo algo que definitivamente me puso a pensar en todo, lo que había pasado durante el dia.  “Las personas hoy en dia, no creen que el Espiritu Santo trabaje en uno y a traves de uno”.

Despues de eso, nos llamaron a abordar y no lo vimos mas.  Al llegar a nuestros asientos; había una dama muy amable que estaba sentada en el pasillo.  Se levanto y con una sonrisa nos abrió el camino, para que nos sentáramos.  Mari tenia un poco de frío, pues la temperatura del avión era muy baja, y se tapaba con una ruana que yo le había traído de Mexico.  Dona, la mujer que estaba sentado al lado de ella; extendió su cobija y abrazo a Mari y le dijo “aquí tienes, ya no tendrás frío”.  Mari se sintió muy especial, despues de ese gesto de amor, como si Jesus mismo la estuviera abrazando.

Estábamos tan cansados, que nos dormimos los dos casi todo el vuelo, pero al despertar vimos que Dona estaba leyendo la palabra de Dios.  La porción que leía en Juan, hablaba de los testigos de Cristo.  Yo le comente algo al respecto.  Después ella nos dijo “saben que las personas pueden saber la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis, pero nunca vivir de acuerdo a los principios que enseñan.” 

El dia del amor y la amistad, fue un recordatorio claro, que Dios nos usa a cada uno de nosotros para demostrar su amor.  El quiere que lo amemos a El sobre todas las cosas, pero también quiere, que nos amemos los unos a los otros.  Jesus lo demostró en la cruz del calvario, y antes les había dicho a sus discípulos “ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando”. 

Definitivamente, el plan de Dios se lleva a cabo y su Espiritu Santo, es el que nos dirige; como el viento, nos lleva a donde tenemos que ir y mientras lo hace, su brisa va abrazando al dolido, al hambriento, al desvalido.  El amor de Dios se ve, se siente y se comparte cuando te pones en sus brazos.