5 Razones porque Debemos escuchar y hacer caso a los consejos de nuestros papas sobre nuestros amigos. 

Tana Palafox

Lo más probable es que haya tenido más de una conversación con sus padres sobre sus amigos. Tal vez aceptaste sus consejos con amor y confianza, o tal vez peleaste y discutiste con ellos por un amigo que tenías y no aceptaron.

 

1.     La primera razón es obvia. Bíblicamente Dios nos dice que debemos tomar nuestros padres en cuenta, respetando y escuchándoles en todo.  Los padres si tienen todo autoridad para decirnos a nosotros sí o no si nuestros amigos nos convienen o no.  (Éxodo 20:12; Efesios 6:1; Colosenses 3:20) Si todos somos de la misma fe en Dios y confiamos y obedecemos a Dios en lo demás partes de nuestras vidas, escuchándoles su opinión sobre nuestros amigos es importante. 

2.     Toma la vista a largo plazo.  Hemos estado con los padres desde el nacimiento, y estarán con nosotros toda la vida. Los niños crecen, los adolescentes dejan de rebelarse y los padres aprenden a relajarse un poco. Tomamos los consejos (aun los que no nos gusta) con paciencia.  Debemos recordar que en la vida todos cambiamos y cosas importantes hoy tal vez no serán importantes mañana.  Es un punto de vista más maduro.  Debemos pensar en esto, tomar tiempo para orar y escuchar a Dios.  Pensamos en lo larga y vigilamos cosas, además de ser lo suficientemente honesto como para admitir que nos podemos equivocar.

3.     No es sobre nosotros. A veces no nos gusta la forma de pensar de nuestros padres o una forma diferente de entender a las amistades. Eso se puede traducir en una aversión irrazonable de los padres. Tratamos de ser honestos con nosotros mismos: ¿No nos gusta lo que están pidiendo los padres porque ellos no tienen razón o porque no queremos admitir que estamos equivocados?

4.     El tiempo que dedicamos a los amigos; dedicamos también para conocer nuestros padres. Hablamos con ellos, tomamos el tiempo de escucharlos e interesarnos con sus vidas también. Vamos a hablarlos un poco más sobre lo que está pasando en nuestras vidas. Lo mismo ocurre con los adolescentes. Recordamos que la relación que tenemos con ellos es muy importante y queremos ser amados por ellos también. (Mateo7:12) Además, podemos descubrir que la persona más genial está sentada a la mesa de la cocina tomando una taza de té con nosotros.

5.     Seamos vigilantes y pensativos de lo que está pasando. Si el disgusto de nuestros padres se basa en algo tangible y dañino, como la intimidación, el exceso de influencia o los comportamientos peligrosos, debemos ser honestos y escuchar lo que nuestros padres nos están diciendo. Seamos honestos cuando algo está mal es mejor verlo y pedir ayuda para ver cómo salir de la amistad dañosa. Si eso lleva a la conversación a nuestra propia participación, no vamos a culpar a nadie más; alegramos de que nuestros padres confíen en nosotros y mejor concentramos en su ayuda.

Los padres nos aman y están para nosotros.  Tomamos el tiempo de sentir ese amor y escucharlos.