El reto tiene tres partes:

  1. Compartid vuestras cargas unos con otros, y orad unos por otros (Gálatas 6:2). Esto puede ocurrir en su grupo pequeño o individualmente. Tus cargas pueden ser el pecado con el que estás luchando, pero también pueden ser cosas como preocupaciones, ansiedad o depresión. Esta parte del desafío requiere la voluntad de ser vulnerable y confesar/admitir nuestras cargas los unos a los otros. En el lado receptor, requiere que seamos dignos de confianza, que no juzguemos, que seamos confidenciales y que nos animemos unos a otros.

 Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, un pecador.

 El Señor es mi pastor; Nada me faltará.

 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.

 Estad quietos y sabed que yo soy Dios.

 Señor, yo creo. Ayúdame con mi incredulidad.

 Como el ciervo brama por el agua, así mi alma te anhela, oh Dios.

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