El reto tiene tres partes:
- Compartid vuestras cargas unos con otros, y orad unos por otros (Gálatas 6:2). Esto puede ocurrir en su grupo pequeño o individualmente. Tus cargas pueden ser el pecado con el que estás luchando, pero también pueden ser cosas como preocupaciones, ansiedad o depresión. Esta parte del desafío requiere la voluntad de ser vulnerable y confesar/admitir nuestras cargas los unos a los otros. En el lado receptor, requiere que seamos dignos de confianza, que no juzguemos, que seamos confidenciales y que nos animemos unos a otros.
- Ora las estaciones de la cruz o encuentra un laberinto de oración en algún lugar cerca de tu área.
- A lo largo de las próximas dos semanas, con la mayor frecuencia posible, diga una de estas oraciones y meditaciones de respiración como un medio para volver a centrarse y acercarse a Dios:
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, un pecador.
El Señor es mi pastor; Nada me faltará.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.
Estad quietos y sabed que yo soy Dios.
Señor, yo creo. Ayúdame con mi incredulidad.
Como el ciervo brama por el agua, así mi alma te anhela, oh Dios.